samedi 1 janvier 2011

de Reformas, 'Cisarros', JUNJI y afines

De las noticias que marcaron el año, en mi opiniòn, la fuga de Cristóbal (alias "Cisarro") y su posterior captura por Carabineros, (con todo el despliegue mediático de que fue objeto) no puede dejarnos indiferentes.
Parto la columna de este nuevo año 2011 precisamente con este tema, porque creo que el caso de Cristóbal no es sino un síntoma de una sociedad enferma.
Que un niño de diez años sea considerado un peligro público o un caso perdido del sistema, habla mal de nuestro sistema y en particular de nuestra educación. "Joven delincuente", le han llamado, hablando de su 'prontuario': ¡ cuando sólo tiene 10 años !

Cuando hablo de sistema, me refiero no sólo al SENAME, que hace ya rato ha dejado de prestar el servicio para el cual fue ideado.

Como país, no tenemos las herramientas jurídicas ni los dispositivos de contención, educación, diagnóstico ni rehabilitación necesarios para casos como éste.
Coincido con los dichos de Pablo Egenau en que este país no ha sido capaz de establecer alternativas socioeducativas afines para afrontar éste y otros casos (http://feeds.cooperativa.cl/~r/unanueva/~5/yjyjg1zvW2c/MULTIMEDIA_MP320090805123802.mp3).
La cárcel, claramente no es la solución, pero sí la educación o, si se quiere ser más precisos, la reeducación.

¿De qué manera se hacen cargos las "Grandes reformas" de casos como éste? ¿De qué manera, el SENAME, en su rediseño podrá evitar que casos como éste se repitan? ¿Por qué el MINEDUC no se involucra también en el estudio y diseño de políticas de prevención de situaciones de abandono y delincuencia juvenil?

Personalmente, creo que el MINEDUC requiere él mismo de una reforma en su lógica de funcionamiento, debiera no sólo ser ejecutora de políticas pùblicas, sino también demostrar capacidad de adelantarse a los problemas, creando una unidad de estudios (distinta la existente) capaz de investigar nuestra realidad, proponiendo soluciones apropiadas y no simplemente basàndose en la "realidad internacional".
La JUNJI, en este sentido, también debiera hacerse cargo de este tema, en lugar de hacer noticia por las desafortunadas declaraciones de su ya ex-directora.